Historia personal
Mi encuentro
Nada es casual, y meses después de morir mi padre, apareció mi perro Lucho, un mastín con mezcla de pastor de brie, que fue abandonado, junto con sus hermanos, en Lozoyuela. Y fue la llave que abrió mis ojos ante una nueva manera de vivir.
Lucho me recuerda la importancia de vivir en el presente, observar, parar, olfatear, hacer ejercicio y comprender que la vida es HOY.