Mi nombre es Beatriz Teva
Beatriz significa portadora de felicidad. Y mi apellido, a nivel oficial aparece con B por un error que hubo hace tiempo en la administración. Pero originalmente era con V.
Siempre he tenido gran atracción por todo aquello que viene de la India, el yoga, la ropa, la comida, su filosofía… Un buen día, durante un tratamiento que estaba recibiendo, me dijeron - tienes que mirar tu historia con Ia India -. Me resonó tanto que fui a buscar información sobre el apellido Teva y vi que donde más se da es en la India.
El proyecto lleva mi nombre porque yo soy un canal en la Tierra. A través de mi cuerpo puedo disfrutar de esta experiencia y acompañar procesos de sanación. Además quiero reconocer a mi familia, a mis ancestros.
El objetivo de mis trabajos es despertar al ser humano, ayudarle a reconectar con su esencia para vivir en plenitud y tener una humanidad más ligera.
Mi infancia
Desde pequeña tuve mucho interés por las artes gráficas, dibujar me ayudaba a comprender todos los procesos que iba viviendo. Por otro lado, ayudar a los demás siempre ha sido mi verdadera vocación, aunque con 18 años no sabía ni por dónde empezar.
Los niños siempre me han parecido pequeños maestros que tienen mucho que enseñarnos y deben estar con adultos que les permitan ser.
Mis estudios
Mis ganas de cambiar el panorama educativo eran muy grandes, por lo que comencé a estudiar el grado superior de educación infantil. Posteriormente, fui a la universidad y me gradué como maestra de educación infantil. A la par, siempre que podía iba a charlas, retiros y todo lo que estuviera relacionado con la espiritualidad.
Mi pérdida
En esta etapa de mi vida, fue cuando falleció mi padre de un cáncer que comenzó en la vejiga y que terminó con su vida física, ya que a día de hoy sé que me acompaña y guía mis pasos. Esta imágen que véis es la forma que él tomó, pude verla una noche mientras meditaba, pocos días antes de que su cuerpo físico falleciera.
Desde entonces, comencé a interesarme por la salud natural, empecé a indagar sobre diferentes temas como el poder auto-curativo del cuerpo, la medicina a través de las plantas, cómo nos influyen las emociones no vividas en el proceso de enfermar, vidas pasadas y traumas de otros ancestros entidades que viven a través de nosotros.
Mi evolución
En aquella época comencé a recibir tratamiento con Elvira del Val, progresé rápidamente y todo a través de herramientas naturales. Me formé en quiromasaje. Fue entonces cuando comencé a descubrir el placer por este trabajo y decidí formarme como osteópata.
A raíz de la enfermedad de mi padre contacté con Berni García. Programé una cita a la que fuí yo, en el lugar de mi padre,a que en sus últimos momentos le dije si quería probar una sesión con él y me dijo que sí.
Realicé el curso "Movimiento coherente", a través del cual comprendí la importancia de reverenciarme ante mis ancestros y sanar todo aquello que cargamos, bloquea nuestra raíz y nos impide vivir desde la esencia.
Mi encuentro
Nada es casual, y meses después de morir mi padre, apareció mi perro Lucho, un mastín con mezcla de pastor de brie, que fue abandonado, junto con sus hermanos, en Lozoyuela. Y fue la llave que abrió mis ojos ante una nueva manera de vivir.
Lucho me recuerda la importancia de vivir en el presente, observar, parar, olfatear, hacer ejercicio y comprender que la vida es HOY.