Hace 2 fines de semana, pude ver a mi mujer medicina, fue un momento en el que mi cuerpo dejó de existir y tuve una gran visualización que intenté expresar con palabras, sin pensar, sin ponerle mente.
Hoy os lo comparto así, transcrito, tal y como me llegó en ese momento.
Junto con esta imágen que representa ese rostro que vi.
Deseo que os lleve a reconectar con esa idea de que somos mucho más de lo que creemos, de lo que vemos.
Mi mujer medicina tiene la fuerza,
tiene el DON de unir Cielo y Tierra.
De crear en la Tierra lo Intangible,
de materializar, de revivir, destapar traumas...
de incluir a las excluidas.
Va sin miedo,
camina sin vergüenza,
guarda su centro
y sólo se pierde en el disfrute.
Ama ancha y enteramente,
ama sin medida,
pues su corazón puede albergar a todas las almas
que la vida le presente.
Camina con esa seguridad,
con esa fuerza y con esa misión,
con esa D E V O C I Ó N.
Se rinde a la ternura
y a la locura, a lo "bueno" y lo "malo".
Alquimiza,
convierte el dolor
en belleza.
Brinca con la música,
creando su propio movimiento.
Que se impregna, alinea y
convierte todo en S A G R A D O,
en pura E S E N C I A.
Ya no hay freno,
ya no hay vuelta atrás.
Ya sólo hay...
M O V I M I E N T O F E M E N I N O
S A G R A D O.
Ese que abre,
toca
y transforma TODO.
Ese que renace y se reinventa,
levanta y alza una y otra, y otra, y otra vez...
LA VIDA,
LA ALEGRÍA,
EL JÚBILO Y…
EL PURO M O V I M I E N T O.
Llevando a toda la humanidad a su esencia,
al centro del corazón,
a su propio y único movimiento,
al centro de su vida,
a su esencia,
a su placer,
a su cuerpo.